Después de los sismos de septiembre de 2017 surgieron diversos pronosticadores de sismos en las redes sociales. Cada uno planteó un mecanismo diferente para tratar de explicar por qué hubo intensos movimientos telúricos en el territorio mexicano. Aquí te presentamos un artículo que evidencia los fallos en estas supuestas “teorías revolucionarias” que están timando a la gente en internet.
Primero recordemos que ni el Servicio Sismológico Nacional (SSN) [1] ni el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) emiten alertas antes de que se genere un sismo, sino cuando el sismo ya está en progreso. Las alarmas suenan en las ciudades antes de la llegada de las ondas sísmicas, pues los detectores están colocados cerca de las zonas más propicias para originar un sismo, ya sean zonas de falla o zonas de subducción.
El SSN y el CENAPRED no son los únicos que niegan la posibilidad de predecir sismos: el Centro Sismológico de Chile[2], el Servicio Geológico Colombiano [3], el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)[4], el Instituto Geofísico del Perú [5], por mencionar algunos, son claros al informar que no es posible predecir ni pronosticar sismos para plazos de días, semanas o meses, como suelen hacer los charlatanes en redes sociales.
Entre las excusas que dan estos impostores están frases como que “los científicos son personas tercas que resienten que un desconocido sepa más que ellos”, que “están celosos” o simplemente que “les pagan por ocultar la verdad”. En realidad, cuando un científico pretende publicar un artículo o investigación, primero debe pasar por un comité de la editorial donde pretende publicar. Su texto es analizado por colegas o “pares”, lo que significa que otros expertos del tema lo revisan para verificar que su contenido sea veraz, bien hecho y útil.
En caso de que los demás expertos consideren que el texto no cumple con esas características, se lo regresan, ya sea para que se realicen correcciones y se vuelva a revisar, o con una rotunda negativa en caso de que el artículo carezca de rigor científico, fuentes adecuadas, originalidad o metodología correcta. Sin embargo, existen revistas “depredadoras” o falsas, en las que estas revisiones son pasadas por alto y cualquier persona puede publicar sin necesidad de pasar por una revisión de expertos; es allí donde muchos “científicos independientes” encuentran refugio y publican teorías que son rechazadas por ser poco coherentes o por tener bases débiles.
El que un estudio sea publicado no quiere decir que sea 100 % exacto y cierto: significa que pasó la primera prueba; con el tiempo, será la comunidad científica quien analice su valor o lo deje en el olvido si no se considera importante o preciso. Entonces, el argumento de que a los científicos “no les gusta que alguien sepa más” se vuelve absurdo, porque un verdadero científico siempre expone su trabajo para ser criticado y evaluado, al contrario de los charlatanes.
Por otro lado, la idea de que “les pagan para ocultar la verdad” es igualmente absurda, debido a que cada año se gradúan cientos de estudiantes de geociencias en todo el mundo. ¿Acaso todos ellos son pagados también para ocultar la verdad? Simplemente es paranoia conspiracionista.
A continuación desmenuzamos las teorías más comunes de estos charlatanes de internet.
Las tormentas geomagnéticas producen sismos
Se trata de un tema que fue estudiado hace décadas, no de una “nueva teoría”, según la presentan algunos impostores como el periodista Alexander Backman. Para corroborar la ausencia de correlación directa entre ambos fenómenos, se consultó el catálogo completo del SSN y el catálogo del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ),[6] quienes llevan el registro de las tormentas geomagnéticas desde la década de 1930.
El índice Kp es una medición que se toma cada 3 horas, y de él se puede obtener un promedio por día, conocido como índice Ap. Usamos este índice para compararlo con el número de sismos ocurridos en México durante los últimos 15 años, debido a que en años previos la instrumentación era más escasa y el registro también. Estos fueron los resultados:
Como se puede ver, existen periodos de alta actividad solar (líneas naranjas) en los que el registro sísmico (azul) no fue tan elevado. Por su parte, si aparentemente el registro sísmico aumenta, se debe al incremento de equipo en la red de monitoreo, por lo que ahora se detectan sismos que antes no se podían registrar. Los picos azules más altos representan los días de septiembre de 2017 y la gran cantidad de réplicas que se presentaron.
Por otro lado, cuando comparamos el mayor índice Ap de los últimos 15 años con el índice de sismos registrados en esa misma fecha, podemos notar que no se presentó ningún sismo importante, aun cuando las tormentas solares fueron largas e intensas. De ser cierta esta teoría, en esas fechas México hubiera tenido sismos importantes, lo cual no sucedió.
“Migración sísmica”
Se trata de una propuesta difundida por un pseudocientífico conocido en internet como Dutchsinse y adoptada en Latinoamérica por el difunto “El Chino” Pérez (un productor de televisión) y sus seguidores actuales: un comunicólogo (BrújulaMx) y un chef (KatetMx).
Según esta propuesta, la energía que provoca los sismos se mueve por debajo de la litosfera y va produciendo sismos a su paso. Por ejemplo, según ellos, un sismo en Japón o Filipinas puede desencadenar otros en México. Sin embargo, nunca han presentado un modelo científico de su método, nunca mencionan en qué consiste esta “energía” ni cómo se transmite a través de las diferentes composiciones de la litosfera, mucho menos una ecuación que permita verificar su autenticidad y rigor científico.
Suelen presentar imágenes como la siguiente:
En ellas colocan “zonas de riesgo” y flechas por donde, supuestamente, la energía va a migrar y donde los sismos seguirán en cadena. Para comprobar esta teoría se utilizó una vez más la base de datos del SSN, para verificar si efectivamente los sismos siguieron una trayectoria marcada por sus flechas o si, en cambio, sucedieron de manera aleatoria. Una vez consultada la base de datos, se comprobó que los sismos no siguen ese patrón, sino que son aleatorios:
Las líneas azules representan la latitud: una latitud menor significa que el sismo fue más al sur, una latitud mayor representa un sismo más al norte. Como puede verse, los sismos se presentan de forma variada. Por su parte, la línea naranja representa la longitud: cuanto más al oeste sea un sismo, más bajo será el valor; cuanto más al este sea, tendrá un valor más alto.
Es evidente que no se puede identificar un patrón como el que ellos plantean: los sismos sucedieron tanto al norte como al sur, y al este y al oeste. Los sismos no van “migrando” de esa forma simplista: suceden donde las condiciones litológicas y físicas permiten una fractura de la roca.
Por otro lado, al revisar los sismos de esas fechas en el catálogo del SSN, encontramos que el sismo más fuerte registrado para el periodo 22 de agosto de 2018 – 1 de septiembre de 2018 fue de magnitud 5.3. Sin embargo, el sismo se registró en las costas de Guerrero, no en la zona que ellos mencionaron.
Conclusiones
La usurpación de profesiones está a la orden del día, con argumentos vacíos del tipo “no es necesario ser geofísico, geólogo o científico para hacer un pronóstico sísmico”. Ninguno de estos personajes es científico, y su incapacidad para pronosticar un sismo con exactitud queda en evidencia. Generalmente siguen una misma tendencia:
- Poner en “alerta” zonas altamente sísmicas.
- Abarcar periodos de tiempo inciertos y zonas muy amplias.
- Dar un margen de sismos de magnitudes entre 4 y 6 para asegurar el supuesto “éxito” de la predicción, ya que en esas zonas se registran más de 5 sismos de esas magnitudes cada día.
- No importa si su “pronóstico” falla por magnitudes de 2 o 3, o si se equivocan por más de 200 km: ellos siempre proclamarán que fueron exactos en su predicción o que hubo un cambio repentino en la “energía” acumulada.
- Si nada de eso funciona, culpan a las agencias gubernamentales de ocultar información o de “bajar la intensidad reportada”.
Recuerda: estos charlatanes, como suele decirse, “apuestan comprando todos los boletos de la lotería”, esperando atinarle a un temblor en una zona altamente sísmica para proclamarse como héroes. Mientras tanto te piden que te suscribas a sus servicios de alerta o que te conviertas en patrocinador de sus mentiras. Todos debemos informarnos para no caer en estos fraudes.
Artículo revisado por Samantha McDermott .
[1] http://ssn.unam.mx/
[2] http://www.sismologia.cl/
[3] https://www2.sgc.gov.co/AtencionAlCiudadano/Paginas/Preguntas-y-Respuestas.aspx
[4] https://www.usgs.gov/faqs/can-you-predict-earthquakes?qt-news_science_products=0#qt-news_science_products
[5] http://ultimosismo.igp.gob.pe/files/leermas.pdf


