¿De dónde surge esta idea?

Varios portales y publicaciones han compartido titulares alarmistas, como por ejemplo:

  • Gizmodo (versión en español): “En el corazón del Sahara... arqueólogos descubrieron restos humanos momificados que, gracias a un avanzado análisis genético, revelan un linaje desconocido para la ciencia. Este descubrimiento... sugiere que no estamos tan solos en el árbol genealógico de la humanidad como pensábamos.”
    Fuente: Gizmodo en español
  • El Tiempo: “Descubren en el Sahara dos momias de 7.000 años con un ADN distinto al linaje conocido del ser humano.”
  • Facebook y redes sociales: “Este descubrimiento sugiere la existencia de una población humana desconocida hasta ahora... Aunque el ADN no pertenece a una especie no humana, sí representa una rama evolutiva humana perdida.”

Estos mensajes, aunque vagamente basados en hechos reales, tergiversan el contenido del estudio original para hacerlo más llamativo. El resultado: una versión amarillista, diseñada para generar clics y compartir, que poco tiene que ver con la ciencia.

¿Qué dice realmente el estudio?

El trabajo original fue publicado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en la revista Nature en abril de 2025. Puedes consultarlo aquí:

Estudio en Nature

Este estudio presenta el análisis genómico de dos mujeres del Neolítico Pastoral, de aproximadamente 7,000 años de antigüedad, cuyos restos fueron encontrados en el refugio rocoso de Takarkori, al suroeste de Libia.

¿Qué reveló el análisis? El hallazgo es científicamente relevante: los genomas analizados muestran un linaje humano antiguo, previamente desconocido, perteneciente a poblaciones norteafricanas. En ningún momento se afirma que su ADN sea “no humano”, ni que represente una especie diferente.

Resumen traducido del artículo (Nature):

Presentamos datos genómicos antiguos del Sahara Central, obtenidos de dos mujeres del Neolítico Pastoral de aproximadamente 7,000 años, enterradas en Takarkori, suroeste de Libia. La mayor parte de su ascendencia proviene de un linaje genético norteafricano previamente desconocido, que divergió de los linajes subsaharianos en la misma época que los humanos modernos fuera de África, y que permaneció aislado durante gran parte de su existencia. Ambas mujeres están estrechamente relacionadas con la ascendencia encontrada en recolectores de hace 15,000 años de la cueva de Taforalt, en Marruecos, vinculados a la industria lítica iberomaurisiense. Estos individuos están igualmente distantes de los linajes subsaharianos, lo que sugiere un flujo genético limitado entre el África subsahariana y el norte durante ese período.

¿Por qué es importante?

Este estudio aporta datos clave sobre la diversidad genética de las poblaciones humanas en África durante el Holoceno y el Pleistoceno tardío. Nos ayuda a entender cómo ciertas poblaciones evolucionaron de forma aislada, y cómo las prácticas culturales como el pastoreo pudieron difundirse sin grandes migraciones.

También confirma una tendencia conocida en genética antigua: muchas poblaciones humanas han desaparecido sin dejar descendencia directa. Eso no las hace “no humanas”, sino parte del entramado evolutivo del Homo sapiens.

Conclusión

No, no se han encontrado “momias con ADN no humano”. Se ha descubierto un linaje humano antiguo y aislado, que no conocíamos por falta de restos genéticos analizados en esa región. Es un descubrimiento importante, pero no extraordinario ni misterioso. No necesita envolverse en teorías exóticas para ser relevante.

En un mundo donde la información se convierte en mercancía y los titulares buscan clicks más que claridad, es fundamental mantener una actitud crítica. Para no caer en el sensacionalismo, te sugerimos:

La ciencia ya es suficientemente fascinante. No necesita adornos falsos.