El principal problema del coaching es el uso superficial de conceptos de las ciencias cognitivas mezclados con retórica empresarial. Cualquiera puede acreditarse como coach mediante cursos de corta duración, sin requerir estudios superiores. Esto ha generado un mercado lucrativo, pero con escaso sustento teórico y sin regulación profesional.

El coaching se basa en una visión del ser humano como parte de un sistema productivo donde el éxito individual es una obligación. Promueve valores de competitividad y liderazgo personal, pero ignora factores históricos, sociales y psicológicos fundamentales. Sus supuestos ahistóricos y su mezcla indiscriminada de teorías lo alejan de la práctica científica.

Supuestos del coaching

El coaching parte de la idea de que todo ser humano forma parte de un sistema donde la comunicación y la retroalimentación permiten mejorar el desempeño. Sin embargo, omite la influencia de factores externos y socioculturales. Además, combina teorías incompatibles —como la teoría de sistemas, la psicología de la Gestalt y la programación neurolingüística— generando un discurso motivacional más que científico.

Métodos y técnicas

Modelos como PIE, STIR o GROW se basan en identificar problemas, establecer metas y evaluar resultados. Aunque parecen razonables, estos métodos ya existían en la psicología conductual de los años setenta y estaban diseñados para aplicarse bajo supervisión profesional. En el coaching, se aplican de forma generalizada y sin control clínico, lo que puede derivar en interpretaciones erróneas o daños emocionales.

Diferencias con la psicología conductual

  • La psicología usa métodos científicos y verificables; el coaching se basa en testimonios y resultados anecdóticos.
  • La psicología define claramente sus alcances; el coaching utiliza conceptos vagos como “éxito” o “superación”.
  • El enfoque psicológico busca comprensión y transferencia de habilidades; el coaching prioriza el autoconvencimiento.

A manera de conclusión

El coaching mezcla conceptos psicológicos con retórica de autoayuda, lo que lo vuelve potencialmente peligroso cuando se utiliza como sustituto de la psicología o la terapia. Aunque puede tener valor como herramienta motivacional o de entrenamiento en contextos empresariales, su práctica debe mantenerse dentro de límites éticos y profesionales. Creer que “todo está en la mente” o que “si quieres, puedes” puede ser reconfortante, pero no sustituye el trabajo, el conocimiento ni la evidencia científica.

Actualización 2025

En 2025, el coaching sigue expandiéndose en redes sociales y entornos empresariales, pero también enfrenta críticas crecientes. Diversas asociaciones de psicología han pedido regulaciones para evitar que se confunda con la psicoterapia. Los enfoques empresariales legítimos del coaching mantienen su utilidad, siempre que se limiten a la mejora de habilidades profesionales y no al tratamiento de problemas emocionales.