La teoría de la “autointoxicación” sostiene que el estancamiento del intestino grueso (colon) produce toxinas que se absorben y envenenan el cuerpo. Algunos defensores describen el intestino grueso como un “sistema de alcantarillado” que se convierte en un “sumidero” si se descuida. Otros afirman que el estreñimiento provoca acumulación de heces endurecidas durante meses o años en las paredes del colon, impidiendo su absorción o eliminación adecuadas; así, los alimentos permanecerían sin digerir y los desechos sanguíneos se reabsorberían. [2]
A principios del siglo XX muchos médicos aceptaron este concepto, pero fue abandonado cuando las observaciones científicas demostraron que era incorrecto. En 1919 y 1922 se estableció que los síntomas de dolor de cabeza, fatiga y pérdida de apetito que acompañaban la compactación fecal se debían a la distensión mecánica del colon, no a la producción o absorción de toxinas. [3,4] Además, la observación directa del colon durante cirugías o autopsias no ha hallado evidencia de heces “pegadas” a las paredes intestinales.
Hoy sabemos que la mayor parte de la digestión ocurre en el intestino delgado, donde se absorben los nutrientes. La mezcla restante pasa al intestino grueso —un tubo hueco de unos 100 cm— cuyas funciones principales son transportar los residuos hacia el recto para su eliminación y absorber agua y minerales. En personas sanas los hábitos intestinales varían mucho: aunque la mayoría evacúa una vez al día, algunas lo hacen varias veces y otras cada varios días sin efectos adversos.
El popular libro Fit for Life (1986) sostiene que ciertos alimentos “se pudren” si se comen juntos, envenenan el organismo y engordan. Para evitarlo, recomienda separar grasas, carbohidratos y proteínas en comidas distintas y enfatiza frutas y verduras por su alto contenido de agua para “lavar” desechos tóxicos. Estas ideas carecen de sustento. [5]
Algunos quiroprácticos, naturópatas y promotores de “alimentos surtidos” afirman que “la muerte comienza en el colon” y que “el 90 % de las enfermedades se deben a un colon que funciona mal”. Entre las prácticas que recomiendan están el ayuno, la “limpieza” periódica con productos laxantes “naturales” y el lavado de colon.
- Se dice que el ayuno “rejuvenece” el aparato digestivo, aumenta la eliminación de “toxinas” y “purifica” el cuerpo.
- La “limpieza” se pretende lograr con diversos productos laxantes “naturales”.
- El lavado de colon introduce un tubo por el recto para bombear agua templada —a veces más de 75 litros en total, medio litro por ciclo— con el fin de “lavar” el contenido del colon. Algunos añaden hierbas, café, enzimas o extractos vegetales a la solución.
Sitios como Total Health Connection y el Canadian Natural Health and Healing Center han promovido estas prácticas, llegando a afirmar que “solo hay una causa de enfermedad: la toxemia”, y ofreciendo cursos costosos.
Algunos practicantes “alternativos” realizan diagnósticos falsos de “parásitos” y recomiendan “limpiadores intestinales”, enzimas vegetales y remedios homeopáticos. Tiendas naturistas venden estos productos con supuestos efectos de “rejuvenecimiento” y acción contra invasores inexistentes.
El peligro de estas prácticas depende de su intensidad y de si sustituyen la atención médica necesaria. Un ayuno de un día suele ser inofensivo (aunque inútil), pero los ayunos prolongados pueden ser peligrosos. La “limpieza” con hierbas y fibra rara vez daña, pero puede ser costosa. Personas que reportan expulsar grandes masas durante estas limpiezas probablemente están viendo “moldes” formados por la propia fibra.
Aunque los anuncios de laxantes advierten contra la “irregularidad”, el estreñimiento no debe definirse por la frecuencia, sino por la consistencia de las heces. El estreñimiento común suele mejorar con mayor fibra dietética, hidratación adecuada y ejercicio regular. Si el intestino es básicamente normal, la fibra aumenta el volumen, ablanda las heces y acelera el tránsito. También ayuda evacuar cuando surge el impulso, pues ignorarlo puede disminuir la sensibilidad rectal. Los laxantes estimulantes (como la cáscara sagrada o el aceite de ricino) pueden dañar las neuronas en la pared del colon y empeorar la motilidad; su uso reiterado favorece la dependencia. Enemas frecuentes también pueden generar dependencia. [6] Consulte a un médico si el estreñimiento persiste o si hay cambios significativos en el patrón habitual.
El riego colónico, además de costoso, conlleva riesgos considerables: calambres, dolor, transmisión de infecciones cuando el equipo no se esteriliza correctamente y complicaciones graves. Se han documentado brotes de amibiasis —con muertes por perforación intestinal—, casos de insuficiencia cardiaca por sobrecarga de líquidos y alteraciones hidroelectrolíticas. También se han reportado perforaciones rectales. [7–11] En 1985, autoridades de salud en California señalaron que la irrigación colónica “no hace bien y sí puede dañar” y que su práctica por no médicos debía cesar. [12]
Acción legal
La FDA clasifica los sistemas de irrigación colónica como dispositivos Clase III que no pueden comercializarse legalmente salvo para preparación del colon médicamente indicada (p. ej., antes de estudios endoscópicos o radiológicos). No existe aprobación para “limpieza rutinaria” con fines de bienestar. Desde 1997 la agencia ha emitido múltiples cartas de advertencia a fabricantes y promotores por violaciones de control de calidad, aseveraciones terapéuticas no aprobadas y comercialización sin autorización. [14–21]
En Texas se presentaron demandas relacionadas con lesiones graves y una muerte de una paciente de 72 años tras perforación durante irrigación colónica, así como por uso de dispositivos sin supervisión médica. Hubo acuerdos con multas y medidas correctivas entre 2004 y 2005. [22–25]
Para información adicional
Referencias
- Chen TS, Chen PS. Intestinal autointoxication: A gastrointestinal leitmotive. Journal of Clinical Gastroenterology 11:343–441, 1989.
- Ernst E. Colonic irrigation and the theory of autointoxication: A triumph of ignorance over science. Journal of Clinical Gastroenterology 24:196–198, 1997.
- Alvarez WC. Origin of the so-called auto-intoxication symptoms. JAMA 72:8–13, 1919.
- Donaldson AN. Relation of constipation to intestinal intoxication. JAMA 78:884–888, 1922.
- Kenney JJ. Fit For Life: Some notes on the book and its roots. Nutrition Forum, marzo 1986.
- Use of enemas is limited. FDA Consumer 18(6):33, 1984.
- Amebiasis associated with colonic irrigation — Colorado. MMWR 30:101–102, 1981.
- Istre GR, et al. An outbreak of amebiasis spread by colonic irrigation at a chiropractic clinic. NEJM 307:339–342, 1982.
- Benjamin R, et al. The case against colonic irrigation. California Morbidity, 27 sep 1985.
- Eisele JW, Reay DT. Deaths related to coffee enemas. JAMA 244:1608–1609, 1980.
- Handley DV, et al. Rectal perforation from colonic irrigation administered by alternative practitioners. Med J Aust 181:575–576, 2004.
- Jarvis WT. Colonic Irrigation. National Council Against Health Fraud, 1995.
- Ernst E. Colonic irrigation: therapeutic claims by professional organizations, a review. Int J Clin Pract 64:429–431, 2010.
- Baca JR. Warning letter to Colon Therapeutics, 27 abr 1997.
- Baca JR. Warning letter to Tiller Mind & Body, 2 jun 1997.
- Baca JR. Warning letter to Colon Hygiene Services, 20 jun 1997.
- Tolen DD. Warning letter to Dotolo Research Corporation, 21 jul 1999.
- Singleton E. Warning letter to Clearwater Colon Hydrotherapy, 13 sep 2001.
- Marcarelli MM. Warning letter to International Colon Hydrotherapy Association, 21 mar 2003.
- Chappel MA. Warning letter to Colon Therapeutics, 23 oct 2003.
- Ormond E. Warning letter to Wood Hygienic Institute, 23 oct 2003.
- Barrett S. Colonic promoters facing legal actions. Quackwatch, 11 nov 2003.
- Attorney General Abbott sues 'colonic hydrotherapy' providers…. Comunicado, 1 dic 2003.
- Barrett S. Texas Attorney General reaches settlement…. 16 jul 2004.
- Attorney General Abbott wins court judgment…. 1 mar 2005.
Este artículo fue revisado originalmente el 4 de agosto de 2010.
Gastrointestinal Quackery: Colonics, Laxatives, and More
Actualización 2025
A la fecha, no han surgido ensayos clínicos controlados que respalden beneficios de la “limpieza” o irrigación colónica para personas sanas. Las guías clínicas continúan sin recomendar estas prácticas con fines de “desintoxicación” o bienestar general. Se mantienen reportes de complicaciones (perforaciones, infecciones, alteraciones hidroelectrolíticas) y las advertencias regulatorias siguen vigentes: los dispositivos están aprobados solo para preparación del colon cuando exista indicación médica. Para estreñimiento funcional, la recomendación estándar sigue siendo: fibra dietética, hidratación, actividad física y evaluación médica cuando haya señales de alarma (pérdida de peso, sangre en heces, dolor persistente o cambios recientes del patrón evacuatorio).

Traducción: | Rodrigo Arreola |
Revisión técnica: | Israel Rodríguez |